Había una vez, un niño muy alegre y juguetón, era de aquellos niños que siempre se reían de todo, pues siempre en su rostro se mostraba risueño.
Un día llego un grande carrusel a la ciudad donde vivía el niño risueño, aquel carrusel era muy grande y de muchos colores, por eso a todos los niños de la ciudad le gusta pasearse y sentir la adrenalina, por su puesto que el niño risueño también participo.
¡Haaaaaaaaaaaa! ¡Haaaaaaaaaaaa! gritaban todos los niños, junto con el niño risueño, que no podían para de gritar y exclamar la profunda alegría y diversión que sentían
El carrusel solo estaría por una semana, y pronto tendría que marcharse rumbo a otra ciudad. Pero mientras el carrusel estaba en la ciudad el niño risueño junto con sus grandes amigos hacían de las suyas.
Un día por la tarde cuando el niño risueño y sus amigos se reunieron para ir de nuevo al carrusel. Pero se dieron una gran sorpresa ¿Pero que paso? ¿A donde se fue? Fueron las preguntas de los niños, muy sorprendidos porque vieron que aquel carrusel que les divertía mucho era desarmado por sus dueños, y no habían cumplido su día de semana como dijeron.
Los niños empezaron a llorar, ya que su diversión y su alegría no seria posible más, al ver y escuchar estos llantos, el niño risueño dijo: cálmense amigos el carrusel se ha ido, pero ara feliz a otros niños que aun no juegan, nosotros ya lo disfrutamos.
Entonces lo niños se calmaron y comprendieron que su amigo el niño risueño tenía mucha razón, y muy alegremente se propusieron jugar a las escondidas por todo el parque.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario