PRESENTACION

Estos cuentos están dirigidos a todos los niños. ya que despertara su imaginación, emoción, creatividad y curiosidad.


Así como los conocimientos y valores que los niños obtienen en las escuela, también son importantes los cuentos pues nos enseñan mucho, nos llenan de valores de los cuales podemos aprender y poner en práctica en el transcurso de nuestras vidas por eso son importantes para el desarrollo integral del niño ya que a través de ello se forma una fuente creadora que ayudara al infante a tener un lenguaje correcto, una gran imaginación y un mejor desenvolvimiento.
Lic. Coca Ramírez, Susan

jueves, 13 de agosto de 2009

EL NIÑO HEROE

Era su segundo día de clases. Henrich se sentó en el primer pupitre del salón, al lado de la ventana, como le recomendó su mamá.
La profesora entró en clase y les dijo "buenos días". Hoy vamos a estudiar algunos animales. Comenzaremos con el asno, ese animal tan útil a la humanidad, fuerte, de largas orejas, y…
"Como Henrich", la interrumpió una voz que salía de atrás del salón.

Muchos niños comenzaron a reír ruidosamente y miraban a Henrich.
¿Quién dijo eso?, preguntó la profesora, aunque sabía bien quién lo había dicho.
Fue luís, dijo una niña señalando a su lado a un pequeñín pecoso de cinco años.

Niños, niños, dijo Mila con voz enérgica y poniendo cara de enojo. No deben burlarse de los demás. Eso no está bien y no lo voy a permitir en mi salón. Todos guardaron silencio, pero se oía algunas risitas.

Un rato después una pelota de papel goleó la cabeza de Pedro. Al voltear no vio quién se la había lanzado y nuevamente algunos se reían de él. Decidió no hacer caso a las burlas y continuó mirando las láminas de animales que mostraba Mila. Estaba muy triste pero no lloró.

En el recreo Henrich abrió su lonchera y comenzó a comerse el delicioso bocadillo que su mamá le había preparado. Dos niños que estaban cerca le gritaron: "orejón, oye orejón, no comas tanto que va a salirte cola como un asno", y echaron a reír. Otros niños a su alrededor lo miraron y tocando sus propias orejas, sonreían y murmuraban. Henrich entendió por primera vez, que de verdad había nacido con sus orejas un poco más grandes. "Como su abuelo Rufino", le había oído decir a su papá una vez.

De pronto se escucharon gritos desde el salón de música, del cual salí mucho humo. Henrich se acercó y vio a varios niños encerrados sin poder salir, pues algún niño travieso había colocado un palo de escoba en los cerrojos. A través de los vidrios se veían los rostros de los pequeños llorando, gritando y muy asustados. Dentro algo se estaba quemando y las llamas crecían. Los profesores no se habían dado cuenta del peligro, y ninguno de los niños se atrevía a hacer nada.

Henrich, sin dudarlo un segundo, dejó su lonchera y corrió hacia la puerta del salón y a pesar del humo y del calor que salía, agarró la escoba que la trababa y la jaló con fuerza.
Los niños salieron de prisa y todos se pusieron a salvo.
Henrich se quedó como un héroe. Todos elogiaron su valor. Los niños que se habían burlado de él estaban apenados.

En casa, Henrich contó todo lo sucedido a su familia, por lo que todos estaban orgullosos de él.
Al día siguiente, ningún niño se burló de Henrich. Habían entendido que los defectos físicos eran sólo aparentes, pero en cambio el valor de Henrich al salvar a sus compañeros era más valioso y digno de admirar.

Cuento que fomenta la tolerancia y autoestima.

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